Viaje introspectivo consciente con Ho"oponopono.
Cuando una persona recorre una memoria traumática, o dolorosa,
sin omitir juicio alguno, en paz y desde el observador, se brinda a si mismo la
oportunidad de conocer la raíz del conflicto
que le provoca sufrimiento. Encontrar el origen de un trauma nos permite
entender cuales son nuestros propios nudos, donde, como y porque se crearon. Recorrernos consciente-mente y sin juzgarnos, nos permite conocer cada fragmento del camino,
ver cada vuelta del hilo.
Cuando reconocemos
las emociones que rodean al trauma, las palabras, pensamientos e imágenes
mentales que se asocian al mismo, se abre en nuestro interior un nuevo espacio
de comprensión, más empático y sincero, más amoroso y amplio. Nuestra presencia
en ese espacio es capaz de iluminar y resolver un trauma tan solo con estar ahí
observándolo.
“Es importante aclarar que un trauma psicológico es una vieja experiencia vivida cargada de dolor que no hemos aceptado, o asimilado en su momento, y que hoy se ha transformado en un programa mental que puede repetirse y repetirse. Un trauma es una memoria de dolor que se activa cuando la persona experimenta una situación similar a la vivida en el momento que se produjo el acontecimiento doloroso.”
Es posible
que un simple paso consciente por dicha memoria dolorosa sea suficiente para
despejar y dar claridad a un estadio de nuestra vida que desde hace tiempo ha
permanecido en sombras.
Meditación:
Busca en tu hogar un lugar donde puedas recostarte cómodamente. Procura que ese
lugar sea silencioso y cálido.
Respira profundamente, y por nariz, de manera suave y pausada, exhala por boca
lentamente. Cierra los ojos y observa tu respiración.
Visualiza
como el aire entra en tu cuerpo y como te recorre, expúlsalo suavemente. Repite
esta secuencia. Encuentra tu propio ritmo, permite que tu respiración sea
natural, que no este exigida. Cuanto más te relajes mas natural y cómoda será
tu respiración.
Pon
atención a tu respiración. Permite que los pensamientos lleguen y se vayan. Que
lleguen y se vayan. Pon atención a la respiración. Si algún pensamiento desea
quedarse permítelo, obsérvalo, y vuelve a poner tu atención en la respiración,
en el aire entrando y saliendo.
No busques nada, lo que necesites llegara a ti sin esfuerzo alguno. Deja que llegue. Permite su llegada.
No busques nada, lo que necesites llegara a ti sin esfuerzo alguno. Deja que llegue. Permite su llegada.
Observa
las emociones que experimentas, observa como tu cerebro va llevándote hacia
donde necesitas ir.
Mantente
presente, mantente disponible. No es necesario hacer nada, nuestra consciencia
lo hará todo.
Cuando
lo sientas abre los ojos lentamente. Vuelve a tu día a día con la certeza de
que haz colaborado en tu propia sanación.
Importante:
Si en algún momento de la meditación sientes emociones muy fuertes que crees no
poder transitar, relájate y realiza ho”oponopono. Repite: Lo siento, Perdón, Gracias,
Te Amo las veces que sea necesario hasta que las emociones sean más llevaderas.
Cuando estamos entrando en el espacio donde se aloja una memoria traumática puede
que experimentemos sensaciones que nos des-concentren y nos provoquen malestar.
Esta meditación será de mucha ayuda para desbloquear memorias de dolor que han estado ancladas en las profundidades de nuestro inconsciente.
¡Gracias
por estar, ser y existir!
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