lunes, 12 de febrero de 2018

Llora cuando lo necesites, y sonreirás cada vez que quieras




Tu cuerpo esta dotado de una inteligencia superior que desde hace miles de años viene perfeccionándose así misma.

No permitas que los prejuicios internos y externos determinen el cause de tu propio rió, el cause de tu propia evolución. 

Cuando sientas que la tristeza viene hacia ti recíbela, permite que se sienta cómoda en tu presencia, deja que esta te cuente y enseñe mas sobre ti, abrázala. Obsérvala con amor, no la reprimas, no la consideres inhabitable, impresentable. Si sientes que la tristeza llega dale la bienvenida, contempla-la, escucha-la.

Cuando una emoción nos visita trae consigo información pura, vital, información que nos nutre y llena de sabiduría. Escucha-la, escucha-te.

Cuando sientas que la tristeza no tiene nada mas que decir dejarla ir, de dejarla continuar su viaje. Despídela, déjala partir, y agradece su paso por tu vida. Acompáñala hasta la puerta y despide la emoción con mucho amor.

Toda lagrima que se manifieste en ti, merece ser fluidamente llorada. Permite las lágrimas, permítete llorar.


Ilustración: Con Todo Respeto


La verdadera fortaleza se encuentra en la aceptación armónica y total de nuestras emociones, y no en la represión total de las mismas. Una emoción reprimida es una versión de nuestra propia película que no hemos visto. Aceptar las emociones cuando llegan es respetarnos a nosotros mismos, es respetar nuestra humanidad, es humanizarnos.


"Llora cuando lo necesites, y sonreirás cada vez que quieras"

Cuando permitimos una emoción, y la observamos sin juzgarla, sin juzgarnos, nos brindamos la oportunidad de transcendernos a nosotros mismos. Lo que aceptamos con sinceridad nos construye positivamente.

Ten la certeza de que una emoción es un pedazo de nosotros mismos que necesitamos incorporar de la forma más amorosa y humilde posible. Detrás de una emoción triste hay un espacio que es puro corazón, que es amor puro.


¡Gracias por estar, ser y existir!


Lo que sabes de ti, te informa. Con el tiempo aprendemos a lidiar con nosotros mismos, con nuestras emociones, y con nuestra propia información...La personalidad es solo una programación que poseemos, un paquete de datos que nos informa sobre nosotros mismos. La personalidad no es lo que somos, si no un posible "yo" influenciado por lo que fui, o creí ser. Con cada acción, e intención forjamos nuestra realidad.




Texto: Emanuel Ariata






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